No más nostalgias, ni azules pesares
no tardes de espera, ni noches
oscuras
sin olvidarme de cómplices
locuras,
llenas de risas y de
aquellos lugares.
Donde, cual si fuera, del destino azares
encontré en tus ojos mil y
una aventuras
con mariposas
divirtiéndose en auras
y en el vaivén del oleaje
de los mares.
Ahora todo es calma de
tonos en lila
sentir tu presencia me
vuelve tranquila
aunque extraño mucho tu
voz, tu sonrisa.
Con ese recuerdo que no
quiero olvidar
decidí quererte, amarte así, sin mirar
a pesar de tus dudas y de
mi prisa.