Muy lentamente te estaba acariciando
tu rostro dibujando con mis dedos
a la par del deseo que retando,
al impulso de esculpirte sin rodeos.
Plasmé la sonrisa de tu boca,
de tus ojos la mirada amorosa
y de tu voz el eco que me toca
con sonido de palabra armoniosa.
De tus brazos cada línea fue esbozada
al cobijo de tu pecho delineada,
y cada abrazo sin espacios apretada
con ternura dulcemente aprisionada.
Tus besos suavemente pincelados
coloreados de cariño, apasionados
de matices, claro oscuros saturados
y de pasión profundamente iluminados.
Es la acuarela que asemeja a la aurora
con suspiros finamente detallados
y sonrojos de deseos ilusionados
que plasmó en el lienzo la pintora.
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