Extraño mirar tu rostro
cuando por la mañana despierto
y tu sonrisa que se ensancha
ante el brumoso desierto.
Añoro tu presencia
que se adueña del espacio,
que suspira, ríe o grita
o bien sonríe despacio.
Adoro la seriedad
con que diriges tu vida
y que con gran destreza
iluminas hoy mi día.
Respiro la esencia de tu ser
la percibo en mi sentir
y en tus brazos en vaivén
ya sólo quiero vivir...
ya sólo quiero vivir...
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