lunes, diciembre 26, 2005

El falaz enemigo del amor

El amor huye y se esconde ante la pasiva voluntad
se evapora como rocío mañanero frente a la aurora
se filtra entre la tierra buscando su verdad
buscando su lugar, la pertenencia que añorara
y que en su idílica imaginación creyó encontrada.

Enemigo implacable de la veracidad es el mentir
que vistiéndose de juicios y de visiones imparciales
justifica la acción ruin y vil, asumiéndose cual mártir
al expresar con fingido dolor y lágrimas sus males
mientras su mano se mantiene firme para el golpe infringir.

Tanto daña la mentira como el rechazo y la indiferencia
a un corazón enamorado que lo da todo sin limites
cuyo pecado es amar y desear con impaciencia
entregarse a quien le provoca tales emociones
sin imaginar ni sospechar que le mienten con malicia.

El amor no sabe de dobleces, no sabe de quimeras…
sólo de hechos, de expresiones dichas y creídas
de caricias, de besos, de la pasión encendida
anhelando renovarse con cada amanecer todos los días
y de llenarse de motivos nuevos de por vida.

La falsedad y el amor no pueden coexistir
son como líneas paralelas donde nunca habrá unidad
tienen diferentes metas a llegar y vías a seguir
una es toda careta, el otro autentica realidad
excluyentes es como se les puede definir.

Pero el amor no se rinde, no ante la perversidad
busca el cobijo del cariño, la certidumbre de la pasión,
la protección de la ternura y el apego de verdad
en la correspondencia absoluta, en la solidaria aceptación
del uno por el otro como legitima unidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

wow que profundo te felicito